Nuestra boda fue, en una palabra, perfecta. Desde el primer momento supimos que era el lugar ideal para celebrar nuestro gran día. Las vistas a la Mola, rodeados de naturaleza y el estilo masía nos enamoró enseguida. Pero sobretodo la atención personalizada de Marta y Alba para poder organizar la boda a nuestro gusto y Pep y su equipo de cocina nos acabaron de confirmar que El Cim era la elección correcta. Todo salió a la perfección: nuestra entrada al aperitivo, todos los momentos emotivos y de entrega de regalos, la decoración fue increíble y la comida insuperable. Todos los invitados estaban encantados. En definitiva, nosotros lo recordaremos como un día mágico, inolvidable y perfecto.